Ni la psicología conductista, disfrazada de cognitivo-conductual, ni la psiquiatría dominada por los enfoques biologicistas, fueron nunca interlocutores con quienes compartir su trabajo. Sus dos últimos libros “Otra psicología” y “Psicología descriptiva y psicología empírica” proporcionan una visión muy crítica de la psicología experimental y de las prácticas clínicas. Quiso, desde el inicio de su formación universitaria, complementar la medicina con la filosofía. Y mantuvo esa ambiciosa tarea a lo largo de cinco décadas, soñando con una psicología más humana, más cercana a las preocupaciones de los filósofos, literatos y artistas. Él mismo buscó poder expresar en otros lenguajes, la pintura, algunas de estas inquietudes sobre las grandes preguntas de la vida, del amor, y de la muerte.